dilluns, 22 de novembre del 2010

Lo peor del amor, per Joaquin Sabina

Mai no saps que passarà allò que passa abans que passi. Si sabèssim com seria la vida no seria vida, seria un guió. Si coneguèssim el final no tindria sentit arribar-hi. Si no caiguessim no valdria la pena aixecar-se.



Lo peor del amor cuando termina
son las habitaciones ventiladas,
el puré de reproches con sardinas,
las golondrinas muertas en la almohada.

Lo malo del después son los despojos
que embalsaman al humo de los sueños,
los teléfonos que hablan con los ojos,
el sístole sin diástole sin dueño.

Lo más ingrato es encalar la casa,
remendar las virtudes veniales,
condenar a la hoguera los archivos.
Lo peor del amor es cuando pasa,
cuando al punto final de los finales
no le quedan dos puntos suspensivos…

 

La broma ha terminado

La millor explicació del crack del 29, per motius com aquest ideològicament soc marxista, groucho-marxista, és clar...

"...Muy pronto un negocio mucho más atractivo que el teatral atrajo mi atención y la del país. Era un asuntillo llamado mercado de valores. Lo conocí por primera vez hacia 1926. Constituyó una sorpresa muy agradable descubrir que era un negociante muy astuto. O por lo menos eso parecía, porque todo lo que compraba aumentaba de valor. No tenía asesor financiero ¿Quién lo necesitaba? Podías cerrar los ojos, apoyar el dedo en cualquier punto del enorme tablero mural y la acción que acababas de comprar empezaba inmediatamente a subir. Nunca obtuve beneficios. Parecía absurdo vender una acción a treinta cuando se sabía que dentro del año doblaría o triplicaría su valor.

Mi sueldo semanal era de unos dos mil, pero esto era calderilla en comparación con la pasta que ganaba teóricamente en Wall Street. Disfrutaba trabajando en la revista pero el salario me interesaba muy poco. Aceptaba de todo el mundo confidencias sobre el mercado de valores. Ahora cuesta creerlo pero incidentes como el que sigue eran corrientes en aquellos días.

Subí a un ascensor del hotel Copley Plaza, en Boston. El ascensorista me reconoció y dijo: - Hace un ratito han subido dos individuos, señor Marx, ¿sabe? Peces gordos, de verdad. Vestían americanas cruzadas y llevaban claveles en las solapas. Hablaban del mercado de valores y, créame, amigo, tenían aspecto de saber lo que decían. No se han figurado que yo estaba escuchándoles, pero cuando manejo el ascensor siempre tengo el oído atento. ¡No voy a pasarme toda la vida haciendo subir y bajar uno de estos cajones! El caso es que oí que uno de los individuos decía al otro: "Ponga todo el dinero que pueda obtener en United Corporation" […]

Le di cinco dólares y corrí hacia la habitación de Harpo. Le informé inmediatamente acerca de esta mina de oro en potencia con que me había tropezado en el ascensor. Harpo acababa de desayunar y todavía iba en batín. -En el vestíbulo de este hotel están las oficinas de un agente de Bolsa -dijo-. Espera a que me vista y correremos a comprar estas acciones antes de que se esparza la noticia. -Harpo -dije-, ¿estás loco? ¡Si esperamos hasta que te hayas vestido, estas acciones pueden subir diez enteros! De modo que con mis ropas de calle y Harpo con su batín, corrimos hacia el vestíbulo, entramos en el despacho del agente y en un santiamén compramos acciones de United Corporation por valor de ciento sesenta mil dólares, con una garantía del veinticinco por ciento. Para los pocos afortunados que no se arruinaron en 1929 y que no estén familiarizados con Wall Street, permítanme explicar lo que significa esa garantía del veinticinco por ciento. Por ejemplo, si uno compraba ochenta mil dólares de acciones, sólo tenía que pagar en efectivo veinte mil. El resto se le quedaba a deber al agente. Era como robar dinero.

El miércoles por la tarde, en Broadway, Chico encontró a un habitual de Wall Street, quien le dijo en un susurro: -Chico, ahora vengo de Wall Street y allí no se habla de otra cosa que del Cobre Anaconda. Se vende a ciento treinta y ocho dólares la acción y se rumorea que llegará hasta los quinientos. ¡Cómpralas antes de que sea demasiado tarde! Lo sé de muy buena tinta. Chico corrió inmediatamente hacia el teatro, con la noticia de esta oportunidad. Era una función de tarde y retrasamos treinta minutos el alzamiento del telón hasta que nuestro agente nos aseguró que habíamos tenido la fortuna de conseguir seiscientas acciones. ¡Estábamos entusiasmados! Chico, Harpo y yo éramos cada uno propietarios de doscientas acciones de estos valores que rezumaban oro. El agente incluso nos felicitó. Dijo: - No ocurre a menudo que alguien entre con tan buen pie en una Compañía como la Anaconda.

El mercado siguió subiendo y subiendo. Cuando estábamos de gira, Max Gordon, el productor teatral, solía ponerme una conferencia telefónica cada mañana desde Nueva York, sólo para informarme de la cotización del mercado y de sus predicciones para el día. Dichos augurios nunca variaban. Siempre eran "arriba, arriba, arriba". Hasta entonces yo no había imaginado que uno pudiera hacerse rico sin trabajar. Max me llamó una mañana y me aconsejó que comprara unos valores llamados Auburn. Eran de una compañía de automóviles, ahora inexistente. -Marx -dijo- es una gran oportunidad. Pegará más saltos que un canguro. Cómpralo ahora, antes de que sea demasiado tarde. Luego añadió: -¿Por qué no abandonas el teatro y olvidas esos miserables dos mil semanales que ganas? Son calderilla. Tal como manejas tus finanzas, aseguraría que puedes ganar más dinero en una hora, instalado en el despacho de un agente de valores, que los que puedes obtener haciendo ocho representaciones semanales en Broadway. -Max -contesté-, no hay duda de que tu consejo es sensacional. Pero al fin y al cabo tengo ciertas obligaciones con Kaufman, Ryskind, Irving Berlin y con mi productor Sam Harris. Los que por entonces no sabía era que Kaufman, Ruskind, Berlin y Harris también compraban a crédito y que, finalmente, iban a ser aniquilados por sus asesores financieros. Sin embargo, por consejo de Max, llamé inmediatamente a mi agente y le instruí para que me comprara quinientas acciones de la Auburn Motor Company.

Pocas semanas más tarde, me encontraba paseando por los terrenos de un club de campo, con el señor Gordon […] El día anterior, las Auburn habían pegado un salto de treinta y ocho enteros. Me volví hacia mi compañero de golf y dije: -Max, ¿cuánto tiempo durará esto? Max repuso, utilizando una frase de Al Jolson. -Hermano, ¡todavía no has visto nada!

Lo más sorprendente del mercado, en 1929, era que nadie vendía una sola acción. La gente compraba sin cesar. Un día, con cierta timidez, hablé a mi agente acerca de este fenómeno especulativo. - No sé gran cosa sobre Wall Street - empecé a decir en son de disculpa- pero, ¿qué es lo que hace que esas acciones sigan ascendiendo? ¿No debiera haber alguna relación entre las ganancias de una compañía, sus dividendos y el precio de venta de sus acciones? Por encima de mi cabeza, miró a una nueva víctima que acababa de entrar en su despacho y dijo: - Señor Marx, tiene mucho que aprender acerca del mercado de valores. Lo que usted no sabe respecto a las acciones serviría para llenar un libro. - Oiga, buen hombre -repliqué-. He venido aquí en busca de consejo. Si no sabe usted hablar con cortesía, hay otros que tendrán mucho gusto en encargarse de mis asuntos. Y ahora ¿qué estaba usted diciendo? Adecuadamente castigado y amansado, respondió: - Señor Marx, tal vez no se dé cuenta, pero éste ha cesado de ser un mercado nacional. Ahora somos un mercado mundial. Recibimos órdenes de compra de todos los países de Europa, de América del Sur e incluso de Oriente. Esta mañana hemos recibido de la India un encargo para comprar mil acciones de Tuberías Crane. Con cierto cansancio pregunté: -¿Cree que es una buena compra? -No hay otra mejor -me contestó-. Si hay algo que todos hemos de usar son las tuberías. (Se me ocurrieron otras cuantas cosas más, pero no estaba seguro de que apareciesen en las listas de cotizaciones.) -Eso es ridículo -dije-. Tengo varios amigos pieles rojas en Dakota del Sur y no utilizan las tuberías. -Solté una carcajada para celebrar mi salida, pero él permaneció muy serio, de modo que proseguí-. ¿Dice usted que desde la India le envían órdenes de compra de Tuberías Crane? Si en la lejana India piden tuberías, deben de saber algo sensacional. Apúnteme para doscientas acciones; no, mejor aún, que sean trescientas
Mientras el mercado seguía ascendiendo hacia el firmamento, empecé a sentirme cada vez más nervioso. El poco juicio que tenía me aconsejaba vender, pero, al igual que todos los demás primos, era avaricioso. Lamentaba desprenderme de cualquier acción, pues estaba seguro de que iba doblar su valor en pocos meses.

En los periódicos actuales leo con frecuencia artículos relativos a espectadores que se quejan de haber pagado hasta un centenar de dólares por dos entradas para ver My Fair Lady (1) (Personalmente opino que vale esos dólares.) Bueno, una vez pague treinta y ocho mil por ver a Eddie Cantor en el Palace […] Cantor era vecino mío en Great Neek. Como era viejo amigo suyo cuando terminó la representación fue a verle en su camerino. […] Encanto -prosiguió Cantor-, ¿qué te ha parecido mi espectáculo? Miré hacia atrás, suponiendo que habría entrado alguna muchacha. Desdichadamente no era así, y comprendí que se dirigía a mí. Eddie, cariño - contesté con entusiasmo verdadero-, ¡has estado soberbio! Me disponía a lanzarle unos cuantos piropos más cuando me miró afectuosamente con aquellos ojos grandes y brillantes, apoyó las manos en mis hombros y dijo: -Precioso, ¿tienes algunas Goldman Sachs? -Dulzura -respondí (a este juego pueden jugar dos)-, no sólo no tengo ninguna, sino que nunca he oído hablar de ellas ¿Qué es Goldman Sachs? ¿Una marca de harinas? Me cogió por ambas solapas y me atrajo hacia mí. Por un momento pensé que iba a besarme. -¡No me digas que nunca has oído hablar de las Goldman Sachs! -exclamó incrédulamente-. Es la compañía de inversiones más sensacional de todo el mercado de valores. Luego consultó su reloj y dijo: -Hoy es demasiado tarde. La Bolsa está ya cerrada. Pero, mañana por la mañana, nene, lo primero que tienes que hacer es coger el sombrero y correr al despacho de tu agente para comprar doscientas acciones de Goldman Sachs. Creo que hoy ha cerrado a 156… ¡y a 156 es un robo! Luego Eddie me palmoteó una mejilla, yo le palmoteé la suya y nos separamos. ¡Amigo! ¡Qué contento estaba de haber ido a ver a Cantor a su camerino! Figurese, si no llego a ir aquella tarde al Teatro Palace, no hubiese tenido aquella confidencia. A la mañana siguiente, antes del desayuno, corrí al despacho del agente en el momento en que se abría la Bolsa. Aflojé el veinticinco por ciento de treinta y ocho mil dólares y me convertí en afortunado propietario de doscientas acciones de la Goldman Sachs, la mejor compañía de inversiones de América
Entonces empecé a pasarme las mañanas instalado en el despacho de un agente de Bolsa, contemplando un gran cuadro mural lleno de signos que no entendía. A no ser que llegara temprano, ni siquiera me era posible entrar. Muchas de las agencias de Bolsa tenían más público que la mayoría de los teatros de Broadway. Parecía que casi todos mis conocidos se interesaran por el mercado de valores. La mayoría de las conversaciones se limitaban a la cantidad que tal y tal valor habían subido la semana pasada, o cosas similares. El fontanero, el carnicero, el panadero, el hombre del hielo, todos anhelantes de hacerse ricos, arrojaban sus mezquinos salarios -y en muchos casos sus ahorros de toda la vida- en Wall Street. Ocasionalmente, el mercado flaqueaba, pero muy pronto se liberaba la resistencia que ofrecían los prudentes y sensatos, y proseguía su continua ascensión.

De vez en cuando algún profeta financiero publicaba un artículo sombrío advirtiendo al público que los precios no guardaban ninguna proporción con los verdaderos valores y recordando que todo lo que sube debe bajar. Pero apenas si nadie prestaba atención a estos conservadores tontos y a sus palabras idiotas de cautela. Incluso Barney Baruch, el Sócrates de Central Park y mago financiero americano, lanzó una llamada de advertencia. No recuerdo su frase exacta, pero venía a ser así: "Cuando el mercado de valores se convierte en noticia de primera página, ha sonado la hora de retirarse."

Yo no estaba presente cuando la Fiebre del Oro del cuarenta y nueve. Me refiero a 1849. Pero imagino que esa fiebre fue muy parecida a la que ahora infectaba al todo el país. El presidente Hoover estaba pescando y el resto del gobierno federal parecía completamente ajeno a lo que sucedía. No estoy seguro de que hubiesen conseguido algo aunque lo hubieran intentado, pero en todo caso el mercado se deslizó alegremente hacia su perdición.
Un día concreto, el mercado comenzó a vacilar. Unos cuantos de los clientes más nerviosos fueron presos del pánico y empezaron a descargarse. Eso ocurrió hace casi treinta años y no recuerdo las diversas fases de la catástrofe que caía sobre nosotros, pero así como al principio del auge todo el mundo quería comprar, al empezar el pánico todo el mundo quiso vender. Al principio las ventas se hacían ordenadamente, pero pronto el pánico echó a un lado el buen juicio y todos empezaron a lanzar al ruedo sus valores que por entonces solo tenían el nombre de tales. Luego el pánico alcanzó a los agentes de Bolsa, quienes empezaron a chillar reclamando garantías adicionales. Esta era una broma pesada, porque la mayor parte de los accionistas se habían quedado sin dinero, y los agentes empezaron a vender acciones a cualquier precio. Yo fui uno de los afectados. Desdichadamente, todavía me quedaba dinero en el Banco. Para evitar que vendieran mi papel empecé a firmar cheques febrilmente para cubrir las garantías que desaparecían rápidamente.

Luego, un martes espectacular, Wall Street lanzó la toalla y sencillamente se derrumbó. Eso de la toalla es una frase adecuada, porque por entonces todo el país estaba llorando. Algunos de mis conocidos perdieron millones. Yo tuve más suerte. Lo único que perdí fueron doscientos cuarenta mil dólares (o ciento veinte semanas de trabajo, a dos mil por semana). Hubiese perdido más pero era todo el dinero que tenía. El día del hundimiento final, mi amigo, antaño asesor financiero y astuto comerciante, Max Gordon, me telefoneó desde Nueva York. [...] Todo lo que dijo fue: "¡la broma ha terminado!" Antes de que yo pudiese contestar el teléfono se había quedado mudo...se suicidó.

En toda la bazofia escrita por los analistas del mercado, me parece que nadie hizo un resumen de la situación de una manera tan sucinta como mi amigo el señor Gordon. En aquellas palabras lo dijo todo. Desde luego, la broma había terminado. Creo que el único motivo por el que seguí viviendo fue el convencimiento consolador de que todos mis amigos estaban en la misma situación. Incluso la desdicha financiera, al igual que la de cualquier otra especie, prefiere la compañía. Si mi agente hubiese empezado a vender mis acciones cuando empezaron a tambalearse, hubiese salvado una verdadera fortuna. Pero como no me era posible imaginar que pudiesen bajar más, empecé a pedir prestado dinero del Banco para cubrir las garantías. Las acciones de Cobre Anaconda se fundieron como las nieves del Kilimanjaro (no creas que no he leído a Hemingway), y finalmente se estabilizaron a 2 7/8. La confidencia del ascensorista de Boston respecto a United Corporation se saldó a 3,50. Las habíamos comprado a 60. La función de Cantor en el Palace fue magnífica ¿Goldman-Sachs a 156 dólares? Cuando la máxima depresión del mercado, podía comprárselas a un dólar por acción.

El ir al desahucio financiero no constituyó una pérdida total. A cambio de mis doscientos cuarenta mil dólares obtuve un insomnio galopante, y en mi círculo social el desvelamiento empezó a sustituir al mercado de valores como principal tema de conversación..."


Groucho y yo (Groucho Marx)

dijous, 18 de novembre del 2010

Casa meva és casa vostra

M'encantava aquesta cançó, quan era petit del cantautor galàctic. Recordo haver-la escoltat els dissabtes pel matí, en els programes de Miramar.

QUALSEVOL NIT POT SORTIR EL SOL

Fa una nit clara i tranquil.la, hi ha la lluna que fa llum,
els convidats van arribant i van omplint tota la casa
de colors i de perfums.

Heus aquí a Blancaneus, en Pulgarcito, els tres porquets,
el gos Snoopy i el seu secretari Emili, i en Simbad,
l'Ali-baba i en Gullivert.

Oh, benvinguts, passeu passeu, de les tristors en farem fum,
a casa meva és casa vostra si que hi ha cases d'algú.

Hola Jaimito, i doña Urraca, i en Carpanta, i Barba-azul,
i Frankenstein, i l'home-llop,i el compte Dràcula, i Tarzan,
la mona Chita i Peter Pan,
la senyoreta Marieta de l'ull viu ve amb un soldat,
els Reis d'Orient, Papa Noël, el pato Donald i en Pasqual,
la Pepa maca i Superman.



Bona nit senyor King Kong, senyor Asterix i en Taxi-Key,
Roberto Alcazar i Pedrín, l'home del sac, i en Patufet,
senyor Charlot, senyor Obelix.
en Pinotxo ve amb la Monyos agafada del bracet,
hi ha la dona que ven globus, la família Ulises,
i el Capitán Trueno en patinet.

I a les dotze han arribat la fada bona i Ventafocs,
en Tom i Jerry, la bruixa Calixta, Bambi i Moby Dick,
i l'emperadriu Sissi,
i Mortadelo, i Filemón, i Guillem Brown, i Guillem Tell,
la Caputxeta Vermelleta, el Llop Ferotge, i el Caganer,
en Cocoliso i en Popeye.


 
Oh, benvinguts, passeu passeu, ara ja no falta ningú,
o potser sí, ja me n'adono que tan sols hi faltes tu,
també pots venir si vols, t'esperem, hi ha lloc per tots.
el temps no conta, ni l'espai, qualsevol nit pot sortir el sol.

http://www.youtube.com/watch?v=pdlvAvC4Tw4

dilluns, 15 de novembre del 2010

Monsieur Germain

Avui  15-11-2010, a la Contra de La Vanguardia, Fernando Savater realitza una afirmació que m'ha fet pensar "Cuando Camus ganó el Nobel, lo primero que hizo fue escribir una carta de gratitud a un profesor que en primero de primaria le fascinó y lo atrajo a leer y aprender. ¡Eso necesitamos: profesores seductores!". 


El professor es deia Monsieur Germain. El millor premi que podem trobar com a professors és que algun dels nostres alumnes pensin de nosaltres que som el seu Monsieur Germain.


Aquesta és la carta

París, 19 de noviembre de 1957.

Querido señor Germain:

Esperé a que se apagara un poco el ruido que me ha rodeado todos estos días antes de hablarle de todo corazón. He recibido un honor demasiado grande, que no he buscado ni pedido. Pero cuando supe la noticia, pensé primero en mi madre y después en usted. Sin usted, sin la mano afectuosa que tendió al niño pobre que era yo, sin su enseñanza y su ejemplo, no hubiese sucedido nada de todo esto. No es que dé demasiada importancia a un honor de este tipo.

Pero ofrece por lo menos la oportunidad de decirle lo que usted ha sido y sigue siendo para mí, y de corroborarle que sus esfuerzos, su trabajo y el corazón generoso que usted puso en ello continuarán siempre vivos en uno de sus pequeños escolares, que, pese a los años, no ha dejado de ser su alumno agradecido.

Lo abrazo con todas mis fuerzas.

Albert Camus.




19 novembre 1957

Cher Monsieur Germain,



J'ai laissé s'éteindre un peu le bruit qui m'a entouré tous ces jours-ci avant de venir vous parler de tout mon cœur. On vient de me faire un bien trop grand honneur, que je n'ai ni recherché ni sollicité. Mais quand j'en ai appris la nouvelle, ma première pensée, après ma mère, a été pour vous. Sans vous, sans cette main affectueuse que vous avez tendue au petit enfant pauvre que j'étais, sans votre enseignement, et votre exemple, rien de tout cela ne serait arrivé.

Je ne me fais pas un monde de cette sorte d'honneur. Mais celui-là est du moins une occasion pour vous dire ce que vous avez été, et êtes toujours pour moi, et pour vous assurer que vos efforts, votre travail et le cœur généreux que vous y mettiez sont toujours vivants chez un de vos petits écoliers qui, malgré l'âge, n'a pas cessé d'être votre reconnaissant élève.

Je vous embrasse de toutes mes forces.


Albert Camus

http://www.larecherchedubonheur.com/article-12648532.html

diumenge, 14 de novembre del 2010

La figuera

Avui m'han regalat una història sobre una figuera, el meu arbre favorit, és aquesta:


"HISTORIA DE LOS DOS QUE SOÑARON"

El historiador arábigo El Ixaquí refiere este suceso:
"Cuentan los hombres dignos de fe (pero sólo Alá es omnisciente y poderoso y misericordioso y no duerme), que hubo en el Cairo un hombre poseedor de riquezas, pero tan magnánimo y liberal que todas las perdió menos la casa de su padre, y que se vio forzado a trabajar para ganarse el pan. Trabajó tanto que el sueño lo rindió una noche debajo de una higuera de su jardín y vio en el sueño un hombre empapado que se sacó de la boca una moneda de oro y le dijo: "Tu fortuna está en Persia, en Isfaján; vete a buscarla." A la madrugada siguiente se despertó y emprendió el largo viaje y afrontó los peligros de los desiertos., de las naves, de los piratas, de los idólatras, de los ríos, de las fieras y de los hombres. Llegó el fin a Isfaján, pero en el recinto de esa ciudad lo sorprendió la noche y se tendió a dormir en el patio de una mezquita. Había, junto a la mezquita, una casa y por el Decreto de Dios Todopoderoso, una pandilla de ladrones atravesó la mexquita y se metió en la casa, y las personas que dormían se despertaron con el estruendo de los ladrones y pidieron socorro. Los vecinos también gritaron, hasta que el capitán de los serenos de aquel distrito acudió con sus hombres y los bandoleros huyeron por la azotea. El capitán hizo registrar la mezquita y en ella dieron con el hombre de El Cairo, y le menudearon tales azotes con varas de bambú que estuvo cerca de la muerte.
A los dos días recobró el sentido en la cárcel,. El capitán lo mandó buscar y le dijo: "¿Quién eres y cuál es tu patria?. El otro declaró: "Soy de la ciudad famosa de El Cairo y mi nombre es Mohamed El Magrebí." El capitán le preguntó: "¿Qué te trajo a Persia?". El otro optó por la verdad y le dijo: "Un hombre me ordenó en un sueño que viniera a Isfaján, porque ahí estaba mi fortuna. Ya estoy en Isfaján y veo que esa fortuna que prometió deben ser los azotes que tan generosamente me diste".
"Ante semejantes palabras, el capitán se rió hasta descubrir las muelas del juicio y acabó por decirle: "Hombre desatinado y crédulo, tres veces he soñado con una casa en la ciudad de El Cairo en cuyo fondo hay un jardín, y en el jardín un reloj de sol y después del reloj de sol una higuera y luego de la higuera una fuente, y bajo la fuente un tesoro. No he dado el menor crédito a esa mentira. Tú, sin embargo, engendro de una mula con un demonio, has ido errando de ciudad en ciudad, bajo la sola fe de tu sueño. Que no te vuelva a ver en Isfaján. Toma estas monedas y vete".
"El hombre las tomó y regresó a la patria. Debajo de la fuente de su jardín que era la del sueño del capitán) desenterró el tesoro. Así Dios le dio bendición y lo recompensó y exaltó. Dios es el Generoso, el Oculto."
(Del libro de las 1001 Noches, noche 351).

Leído en “Historia universal de la infamia”, de Jorge Luis Borges.



... se ha comparado a la matemática con la poesía, sobre la cual la lingüista Julia Kristeva escribió:
La incapacidad para entender, inicialmente, un fragmento de lenguaje poético, es el primer indicio de su poder para abrir nuevas formas de entendimiento.
http://divulgamat.ehu.es/weborriak/cultura/Literatura/Viajando.asp


dijous, 11 de novembre del 2010

Azaña

En España la mejor manera de guardar un secreto es escribir un libro.
 
 
Si los españoles habláramos sólo y exclusivamente de lo que sabemos, se produciría un gran silencio que nos permitiría pensar.

Coca Cola

Si que és cara la Coca Cola!!!. Sort que a mi m'agrada més la Pepsi.



diumenge, 7 de novembre del 2010

La historia de Superman


Fa poc vaig retrobar al Mercat de Sant Antoni, aquest particular orfenat dels llibres oblidats, un còmic que havia gaudit quan era petit però que vaig perdre en un desigual canvi que vaig fer quan era petit. Va ser una feliç troballa d’un vell amic,  “La historia de Superman”. Va ser un dels primers còmics que vaig gaudir, crec que gentilesa d’una caixa d’estalvis, perquè abans les caixes d’estalvis regalaven llibres per Sant Jordi. Recordava especialment un episodi en què apareixia un cavall que volava, i també les guardes, unes meravelloses guardes amb un plànol on apareix el planeta Krypton. També narra una història cronològica de Superman des de que és petit fins que arriba a l’edat adulta. Els episodis que protagonitza quan és nen i sorprèn a tothom amb la seva força eren els que més m’agradaven. Aquestes retrobades però no són sempre exactament igual que el record, i així per exemple, l’Smallville original va ser traduït per un estrany Villachica, i el Superman del llibre és massa infantil.

És possible que gràcies a llibres com aquest es despertes en mi una fam inesgotable per llegir que encara avui dura.  També és probable  que aquest còmic, junt amb d’altres de Superman,  sigui responsable de l’atracció que sempre he tingut per Superman, en una categoria superior a la d’altres superherois. A casa dels meus oncles, a Lorca, les meves cosines tenien un còmic de Superman III, que no em cansava de llegir quan estava avorrit, malgrat que no havia vist la pel·licula.
A vegades penso en aquest interès pel món dels superherois , un món que no és real i que no té possibilitats de ser-ho. Què fa que sigui tan atractiu?, potser ens agradaria ser com ells, i tenir la capacitat de canviar el món, el judici ràpid per diferenciar el bé del mal i fer sempre allò que és correcte.
Superman va ser el primer dels superherois, el que té un codi més simple, més íntegre i el més fàcil d’interpretar, tant per nens com per adults. Superman va ser creat com el supervivent del planeta Krypton, que arriba a la Terra on els seus poders es multipliquen i és invulnerable. Però Superman no és Kryptonià, en realitat Superman beu de les fonts del nordamericà de l’Amèrica interior, el granger que com els Kent es basa en la moral cristiana, sempre disposats a ajudar al veí, baixar un gat d’un arbre o salvar el món de les urpes de Lex Luthor. Superman representa aquesta integritat, aquest ideal en que creu l’americà mig, i en el que els nens que portem a dins tantes vegades necessitem continuar creient.

Per això, un dels darrers millors Supermans que s’han fet, a banda del de l'Alex Ross, és el Superman de les Quatre Estacions, amb guió de Jeph Loeb i dibuix de Tim Sale, en que Superman té aspecte de nen gran, i on vaig retrobar l’encant que sentia al llegir “La historia de Superman” quan era petit.

Enllaços:
http://www.lacarceldepapel.com/2008/06/08/70-anos-de-superman/

divendres, 5 de novembre del 2010

La terra de l’aigua roja i el cel vermell

Fa molt temps els romans van arribar a una terra buscant nous horitzons. En aquesta terra van trobar un riu roig i per això el van anomenar Rubricatum, després van passar els segles i la gent va oblidar la llengua dels romans i Rubricatum es va convertir en Llobregat. A banda i banda del riu van néixer petits pobles. La terra era fèrtil i feia créixer amb força les llavors que li confiaven. Poc a poc el món va canviar i va arribar un dia que les fàbriques donaven més diners que les fruites, va arribar molta gent i calia que tinguessin sostre, els pobles van creixer i es van convertir en ciutats, i gran part de la terra fèrtil es va cobrir de ciment i quitrà. Vam oblidar que un riu roig travessava aquesta terra i es va embrutar la sang del riu amb la brutícia de les fàbriques i de les cases.

En aquesta terra el cel alguns dies es crema i ens obsequia un espectacle de colors. Als capvespres, quan es pon el sol, durant uns minuts es passa del cel blau a la negra nit a través d’una melodia de rojos. No sempre gaudim d’aquest regal de foc, a vegades la pressa provoca que no li fem cas. Si tenim temps val la pena aturar-se i contemplar-lo, no pensar en res més i gaudir-lo. És curt però màgic, la ciutat s’atura i sembla que els el món sigui una mica millor.

El cel des de la Mossota
Visc en aquesta terra forta, en part oblidada i maltractada per l’home, però que és una terra encara viva, que no esta definitivament condemnada. No sempre li hem donat allò que es mereixia, massa quitrà, massa ciment, massa fum… i malgrat tot encara pot  viure, si l’ajudem pot tornar a ser fèrtil.  Visc en aquesta terra, terra del riu roig i cels vermells, terra d’aigua de sang i aire de foc.

dijous, 4 de novembre del 2010

Jorge Luis Borges

M'encanta aquest text:

Hay quienes no pueden imaginar un mundo sin pájaros; hay quienes no pueden imaginar un mundo sin agua; en lo que a mi se refiere, soy incapaz de imaginar un mundo sin libros. A lo largo de la historia el hombre ha soñado y forjado un sinfín de instrumentos. Ha creado la llave, una barrita de metal que permite que alguien penetre en un vasto palacio. Ha creado la espada y el arado, prolongaciones del brazo del hombre que los usa. Ha creado el libro, que es una extensión secular de su imaginación y de su memoria.

A partir de los vedas y de las biblias, hemos acogido la noción de libros sagrados. En cierto modo, todo libro lo es. En las páginas iniciales de "El Quijote, Cervantes dejó escrito que solía recoger y leer cualquier pedazo de papel impreso que encontraba en la calle.

Cualquier papel que encierra una palabra es el mensaje que un espíritu humano manda a otro espíritu. Ahora, como siempre, el inestable y precioso mundo puede perderse. Solo pueden salvarlo los libros que son la mejor memoria de nuestra especie.

Hugo escribió que toda biblioteca es un acto de fé; Emerson que es un gabinete donde se guardan los mejores pensamientos de los mejores; Carlyle, que la mejor universidad de nuestra época la forma una serie de libros. Al sajón y al escandinavo les maravillaron tanto las letras, que les dieron el nombre de runas, es decir, de misterios de cuchicheos.

Pese a mis reiterados viajes, soy un modesto Alonso Quijano que no se ha atrevido a ser don Quijote y que sigue tejiendo y destejiendo las mismas fábulas antiguas. No sé si hay otra vida. Si hay otra, deseo que me esperen en su recinto los libros que he leído bajo la luna con las mismas cubiertas y las mismas ilustraciones, quizá con las mismas erratas, y los que me depara aún el futuro.


De los diversos géneros literarios, el catálogo y la enciclopedia son los que más me placen. No adolecen, por cierto de vanidad. Son anónimos como las catedrales de piedra y como los generosos jardines.

No veré, por cierto, los textos que su diligencia ha juntado, pero sé que desde el otro hemisferio me beneficiarán de algún modo y que serán de grata lectura.


Jorge Luis Borges

Jorge Luis Borges segons Fernando de Vicente

Font:
http://gorqui.blogspot.com/2005/07/hay-quienes-no-pueden-imaginar-un.html
Per la imatge de Jorge Luis Borges: http://fernandovicenteases.blogspot.com/

Televisió

Manteniu els ulls fixos en la pantalla fins que l'emissió termini....

dimarts, 2 de novembre del 2010

El Delorean Ibèric

Si “Regreso al futuro” fos una pel·lícula espanyola la màquina del temps no s’hauria instal·lat sobre un Delorean, sinó en un Seat 1200 Sport. Crec que és un dels esportius més espectaculars que s'han dissenyat mai.


Quan era petit hi havia un al meu carrer. Era dels pocs cotxes del carrer (llavors hi havia pocs cotxes al carrer) i si el seu propietari l’aparcava davant de casa no em cansava de mirar-lo. Era de color blanc i tenia una gran enganxina d’un  ànec groc. Em podia passar hores enfilat al sofà del menjador mirant-lo. Aquelles línies tan rectes i aquell paraxoc davanter negre, impressionant que li dona tota la personalitat, i el maleter del darrera, tan elegant i tan petit.
Va ser el primer model dissenyat per Seat, sense la compra de patent a Fiat. No va ser un èxit de vendes, les seves prestacions no eren espectaculars, però era un esportiu preciós. Per això és el Delorean de Seat: el Delorean tampoc va tenir molt èxit però és d’un disseny exquisit i costa d’oblidar. Si s’ha de fer una màquina del temps que sigui amb classe.

Per ampliar la informació sobre el Seat 1200 Sport es pot consultar aquesta pàgina web i  aquesta altra.


dilluns, 1 de novembre del 2010

El Condensador de Fluzo

Quants cops no hem pensat en canviar una part de la nostra vida?, Segur que tots voldríem tenir una màquina del temps i viatjar a algun punt del passat per millorar algun aspecte del que ens ha passat, o voldríem viatjar al futur per saber que ens espera.


Robert Zemeckis, sota la tutela d’Steven Spielberg, i amb el ritme de la música d'Alan Silvestri, va fer realitat aquest vell somni gràcies a la velocitat del  Delorean i a la invenció del condensador de fluzo.  

Amb la Trilogia de Regreso al Futuro, Robert Zemeckis va assolir una de les fites més altes del cinema d’entreteniment i  del cinema de ciència-ficció. Malgrat que ja conec com acaben mai no em canso de veure aquestes tres pel·lícules, ho tenen tot: acció, comèdia, sorpresa, referències... Mai no sé amb quina de les tres quedar-me: amb la primera part en que es planteja tot l’entrellat; amb la segona que guanya en complexitat i planteja una trama encara més enrevessada; 

http://commons.wikimedia.org/wiki/File:BTTFTimelines.png
o la tercera part, un western com cal, amb el seu dolent dolentíssim, Gos rabiós Tannent, una imitació de Liberty Valance, que fins i tot llueix fuet de plata i que serà derrotat finalment per un Clint Eastwood molt peculiar.   

I al final, quan acaba la pe·licula, sempre queda el moment per la reflexió: si tingués una màquina del temps, què faria?, m’atreviria a pujar-me i córrer el risc de canviar el continu espai-temps? O viatjaria al futur, per conèixer el que serà? O viatjaria a algun temps remot, amb l’esperança de conèixer millor el passat?. Per què, seriem capaços de determinar el moment del passat que podria canviar el nostre present, coneixem tan bé la nostra pròpia història personal com per determinar quin moment és prou decisiu o no seria possible determinar uns punts d’inflexió suficientment clars perquè la nostra vida no la marquen unes quantes  eleccions, sinó que és molt més complexa.  Per si de cas quan em compri un cotxe demanaré que porti de sèrie un Condensador de Fluzo.